Una de las grandes ventajas de vivir en el sur de Europa es la cantidad de luz natural que tenemos. La luz llena de vida cualquier habitación, nos anima, nos hace estar de mejor humor, es fundamental tener una buena iluminación para trabajar, para estudiar.
Pero gracias a la cantidad de horas de luz que tenemos, iluminamos de manera muy deficiente nuestras casas y oficinas. Existen “lámparas” específicas para casi cada uso. No es lo mismo estar viendo la televisión que leyendo que en una cena.
No es necesario que nuestra casa esté llena de luces encendidas sino adecuar las que usamos a cada actividad. Siempre debe existir una general y otra puntual, siendo la segunda, la que nos ayuda en lo que estemos haciendo.
En la oficina esto es INDISPENSABLE, cada mesa de trabajo debe tener un flexo que ayude a que no se generen sombras que hagan sufrir a nuestros ojos.
+ Empezad por cambiar vuestras bombillas
normales a las de bajo consumo, iluminar bien
no implica aumentar nuestro consumo.
imágenes: katie-d-i-d_ brownstoner_ emmasdesignblogg
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